Aprendí a vender antes que a conducir.
Mi mejor mentora fue mi madre: la mujer que vendía fruta por la mañana, oro por la tarde y sueños por la noche.
Ella me enseñó que vender es ayudar. Y que ayudar no era una opción, era una forma de estar en la vida.
Su última lección me marcó para siempre:
el cáncer se la llevó a los 64 sin llegar a cumplir su frase favorita:
“Ya lo haré cuando me jubile.”
Ese día entendí dos verdades que hoy son mi brújula: 🔹 El momento es ahora. 🔹 Vender es servicio, liderazgo y transformación.
A ella, que me enseñó que vender es amor y ayuda, le debo todo esto.
Empecé a vender seguros puerta a puerta con 200 € en el bolsillo.
Dos días después estaba llorando en un coche.
Y una decisión lo cambió todo:
“Voy a convertirme en la mejor vendedora del mundo.”
Hoy puedo decir que:
Y sí: soy quien hace sonar la caja registradora de cualquier proyecto con alma y potencial real.
No vendo. Rediseño la forma de vender.
No enseño a cerrar. Enseño a liderar desde una conversación.
No creo vendedores. Formo líderes conscientes.
La venta no es manipulación. Es acompañamiento.
No es presión. Es poder.
No es sacrificio. Es visión.
Ya no vengo a formar equipos solamente.
Vengo a transformar la forma en que vendemos, sentimos y lideramos.
Inspiración que sacude. Estrategia que permanece.
Para emprendedoras que quieren vender con placer, sin dejarse la vida en ello.
Para quienes están listas para convertirse en profesionales de ventas con libertad y método.
Externaliza tus ventas y dirige un equipo preparado para convertir desde el primer día.
Los vendedores movemos el mundo. Una empresa sin ventas no es empresa. Un negocio sin alma se quema. Una persona sin propósito… se apaga.
Si crees que no sirves para vender, es porque aún no lo has hecho desde tu verdad.
Aquí estoy: pequeña, poderosa y con la mano tendida.
Bienvenida a la nueva generación de ventas.
No hemos venido a vender.
Hemos venido a elevar el estándar.